Cada vez las cosas cuestan más...
Te esfuerzas y te esfuerzas y no se recompensan tus acciones.
Se te trata como a una máquina memorizadora de datos.
Las horas de sueño se ven como el tesoro más preciado.
El estrés de saber que te estas jugando tu futuro.
La inalcanzable meta de una buena media.
El no salir de tu cuarto en días, ¡semanas! te aíslas del mundo exterior.
Todo ello se junta y se te muestra como una cuesta insuperable.
Pero es ahora cuando debes de fijarte en el final del camino, no en lo que va a costar recorrerlo. Es ahora cuando reflexionas y decides que tu puedes con eso y con más, que el esfuerzo merecerá la pena.
Ha empezado este macabro juego, de ti depende ganarlo o ser consumido por él.
Buena suerte
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